jueves, 5 de junio de 2014

REFLEXIÓN: "¿QUE DEBE SABER UN NIÑO DE 4 AÑOS?"

QUERIDAS FAMILIAS, OS PONGO UNA REFLEXIÓN QUE HE ENCONTRADO POR LA RED... YA ME DIREIS QUÉ OS PARECE. UN SALUDO.


¿QUE DEBE SABER UN NIÑO DE 4 AÑOS?
 

Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.

Las respuestas que leí me llamaron mucho la atención. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.

Pensé que probablemente la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. Pero atención!!! La infancia no debe ser una carrera que arroja por resultado niños ganadores y niños perdedores.

Alicia Bayer, una mujer norteamericana que se interesa por los temas de infancia y educación, hace una lista de aquellas cosas importantes que debe saber un niño/a de 4 años. Me pareció hermosa y la comparto:

1.       Debe saber que lo quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento.

2.       Debe saber que está a salvo y además cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre lo va a apoyar.

3.       Debe saber reír y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.

4.       Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.

5.       Debe saber que el mundo es mágico y él también. Debe saber que es fantástico, listo, creativo, compasivo y maravilloso. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como aprender los números. Mejor dicho, mucho más.


Pero más importante es lo que deben saber los padres:


1.       Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.

2.       Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro no son los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a compartir momentos de juego, lectura, dibujos y risas con sus hijos.

3.       Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.

4.       Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más importante, libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes creativos como los LEGO y los de encastre, una buena cantidad de témperas y plastilinas, los instrumentos musicales, los disfraces, y libros y más libros. Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.

5.       Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, fútbol e inglés mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.


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Mucho para reflexionar como padres, educadores, o desde el lugar que nos toque en contacto con uno de los tesoros más preciosos: LA INFANCIA.


Gracias a Lic. Miriam I Martínez

 

2 comentarios:

  1. Hola a todos.....
    Me hace gracia esta entrada, porque llevo un mes reflexionando sobre lo que mis hijas de 6 años tienen que saber. Me comparo con lo que yo sabía entonces y......tengo por seguro que es menos de lo que saben ellas hoy en día (y aún así creo que se les exige demasiado). Escucho que si los tiempos han cambiado, que si ahora se tiene que saber más, bla, bla, bla....
    Creo que al final todos cometemos los mismos errores, empujados por los que nos rodean...incluido el colegio.
    Tampoco recuerdo en mi infancia a mi padre o madre pegado a mí jugando todos los días, pero sí recuerdo los momentos que pasé con ellos (lo que me enseñaron a hacer, y los juegos que aprendí con ellos). Quizás no se trate de generar un horario más en nuestras rutinas (que desgraciadamente están encarceladas en ese sistema sexagesimal) sino de que el tiempo que pasemos con ellos sea de calidad.
    Tampoco nos generemos más estrés pensando en que tengo que hacer esto o aquello con los peques, pues cuando se deja discurrir, como el agua de lluvia, siempre llegará al río que la guía hasta el mar.
    Así pues, gracias por esta entrada, y recordemos todos que no existen los niños perfectos ni los padres perfectos, pero que nuestros niños son los perfectos para nosotros.

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  2. ¡¡¡Hola!!!A veces creo que perdemos la mirada de niños que tod@s llevamos dentro. Es verdad que tienen que aprender pero lo más importante para crecer como personas es que sean felices y nosotros si que es verdad que ahi debemos jugar un papel importante. Gracias por tu comentario!

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